sábado, 4 de mayo de 2013

BACO, DE EDDIE CAMPBELL - ASTIBERRI



Astiberri Ediciones.
Colección Sillón Orejero.
Fecha de publicación: Abril de 2013.
Guión y dibujo: Eddie Campbell.
Formato: Rústica con solapas, 216 páginas en B/N.
Traducción: Santiago García.
Precio: 17 €.

‘Bacchus’ es un personaje de cómic independiente creado por Eddie Campbell (el famoso dibujante de títulos como ‘From Hell’, ‘El Amnios Natal’ o ‘Serpientes y Escaleras’, todos ellos junto a Alan Moore) basado en el dios romano del vino, conocido por los griegos como Dioniso. Esta serie apareció originalmente en formato comic-book entre los años 1986 y 1999, en una cincuentena de números publicados por las más diversas editoriales, tanto británicas como norteamericanas: Harrier Comics, Trident Comics, Atomeka, Dark Horse… hasta que en 1995 el propio autor decidió reunir todo el material disponible del personaje para ser recopilado en tomos por su propio sello editorial (Eddie Campbell Comics, en colaboración con Top Shelf Productions).

La editorial vasca Astiberri se propone ahora editar por primera vez esta serie de forma íntegra en castellano, en una colección de 5 tomos, el primero de los cuales es este del que vamos a hablar. El presente volumen recopila los cómics titulados ‘Inmortality Isn’t Forever’ (La Inmortalidad No Es Para Siempre) y ‘The Gods of Business’ (Los Dioses de los Negocios). Ambos tomos fueron publicados previamente en el año 2002 por la editorial madrileña ‘La Factoría de Ideas’, pero tras la desaparición de este pequeño grupo editorial la serie quedó inconclusa en nuestro país. Esperemos que en la actualidad la gente de Astiberri tenga más suerte que sus antecesores y podamos ver la serie publicada en su totalidad.




¿Y qué podemos encontrar en las páginas de Baco? Pues una revisitación postmoderna de los clásicos mitos grecorromanos filtrados a través de la particular sensibilidad de un autor como Eddie Campbell (ganador de las máximas distinciones del mundo del cómic, como los premios Eisner, Ignatz o Harvey).

Baco comienza como una clásica historia de venganza: el dios del vino y de la juerga desea vengarse de Joe Teseo (el mismo Teseo del laberinto del Minotauro) por la traición que este cometiera hace siglos al abandonar a Ariadna. Pero en la actualidad Teseo se ha convertido en el líder de un imperio del crimen organizado, un capo mafioso. Poco a poco, la historia va evolucionando hasta convertirse en un enorme fresco en el que Campbell nos enseña en qué se han convertido los pocos integrantes del panteón mitológico griego que han logrado sobrevivir hasta nuestros días. Los antiguos mitos no mueren, mutan y se transforman dentro del imaginario humano.

Baco es una figura trágica a su pesar. Tuerto, con un pitillo siempre en los labios, con el rostro surcado por centenares de arrugas (reflejo de la tristeza y melancolía infinitas por los amores y los sueños perdidos) este inmortal de 4.000 años pasa las horas bebiendo de tugurio en tugurio, de puerto en puerto, rememorando tiempos mejores y añorando los años de juventud, cuando su culto era practicado por miles de seguidores. En la actualidad, el dios tan sólo cuenta con 2 acólitos: el abogado inglés Simpson y el joven Crispin Jones, los cuáles le pagan las copas más por caridad que por otra cosa. Como dice en una ocasión el propio Baco: ‘No he tenido un culto muy amplio desde que Roma suprimió mis posadas, hace unos dos mil años, por edicto senatorial. Pero me gusta tener a mis seguidores cerca de mí…’ Es más, la gorra de marino bajo la que Baco oculta sus cuernos hace que el personaje tenga un cierto aire a lo Corto Maltés… o al reflejo envejecido, cansado y derrotado de Corto Maltés que el personaje hubiera podido tener de haber continuado Hugo Pratt sus historias.




Como escritor, Campbell se revela en esta obra temprana como un magnífico dialoguista y narrador, capaz de desarrollar tramas de temática mitológica con una facilidad que yo personalmente sólo le he visto a Neil Gaiman. El autor mezcla con acierto elementos originarios de la literatura fantástica con otros procedentes de la serie negra y de los relatos policiales, en una mixtura heterogénea que marida de maravilla. En ese sentido, este cómic es una lección continua sobre cómo escribir relatos mitológicos de manera que los resultados sean interesantes y entretenidos (algo sobre lo que guionistas como Brian Azzarello debieran tomar nota a la hora de desarrollar títulos como el actual de Wonder Woman para el reboot de DC).

El único ‘pero’ que se la puede poner a Campbell como guionista es que, durante la primera mitad del tomo protagonizada por Baco (la correspondiente a ‘La Inmortalidad No Es Para Siempre’) resulta demasiado expositivo, sin duda en su afán por sentar pronto las bases sobre las que construirá el relato. Pero el autor remonta inmediatamente el vuelo, y en la segunda parte del cómic (la correspondiente a ‘Los Dioses de los Negocios’) corrige este defecto, desarrollándose de forma fluida las tramas argumentales que había sembrado con anterioridad.

En la segunda parte del relato el protagonismo recae en los personajes secundarios de la serie, siendo de tal manera que Baco apenas aparece en unas pocas páginas al principio del mismo. Y es cuando el foco se centra en estos personajes que la serie florece y alcanza una nueva dimensión coral y un relieve superior como obra. Es entonces cuando vemos bajo otro prisma a personajes como el anteriormente mencionado Joe Teseo y el alto precio que ha tenido que pagar por su inmortalidad. A cambio de la vida y la juventud eternas, Teseo debe soportar una terrible maldición: todas las personas que le rodean mueren de forma violenta, incluyendo sus seres queridos y sus hijos. Está condenado a no tener descendencia: ‘El hilo de la vida de Teseo es muy fuerte. Cuando se cruza con el de otros hombres, lo deshilacha’. El ying que contrarresta al yang, o la teoría de la compensación universal.

O personajes como el Niño Ojos (genial hallazgo de Campbell), un ser deforme que se las arregla para robar el poder del dios Zeus, padre de los dioses, lo cual le convierte en el ser más poderoso del mundo. Ojos es un personaje esquizoide y chistoso, capaz de matar cruelmente por diversión pero al mismo tiempo tremendamente tierno e ingenuo, compasivo con mujeres y niños, necesitado de cariño. Contradictorio y vulnerable, humano. Y lo más divertido, Campbell lo caracteriza como un gourmet sibarita de paladar exquisito, siempre listo para degustar las mejores recetas recitadas en francés: Pularda rellena aux petits légumes.

Así mismo, Campbell aprovecha sus historias para hacer crítica social. Para ello se vale de los 3 hermanos Telquines. Los Telquines son unas deidades menores de la antigua mitología griega a los que se les atribuye el descubrimiento de los metales preciosos. Crisón -descubridor del oro-, Argirón -la plata- y Calcón -el bronce-. En el relato, los hermanos Telquines son en la actualidad brokers de la bolsa de Wall Street. Se han convertido en los dioses del capitalismo (los Dioses de los Negocios a los que alude el título, simbolizados por la sanguijuela sobre el dinero de la portada) y conspiran para convertirse en el nuevo triunvirato divino que sustituya a Zeus, Poseidón y Hades como dueños del mundo. Campbell aprovecha así para criticar a través de estos personajes todo el ideario neocapitalista y liberal que tan de moda puso el thatcherismo en el mundo durante los años en que se gestaba este cómic (y que lamentablemente tan vigente sigue en la actualidad), poniendo en su boca frases terribles que seguro os suenan:

-‘El Estado no puede esperar que lo mantengamos. Sería absurdamente comparable a subvencionar una industria regresiva monetariamente. No produce nada… no proporciona servicios’.

-‘Si queremos convertirnos en los dioses patrones de los grandes negocios, debemos reafirmar constantemente los principios de nuestro culto… Principalmente, la aceptación de que no hay suficientes propiedades y productos esenciales para todos. Por tanto, debemos esmerarnos en vender bienes no esenciales. En verdad, es necesario para una economía sana que sus esclavos compren un montón de basura que no necesitan realmente. Es más, debemos dividirnos en empresas subsidiarias, para justificar llevarnos comisión más de una vez’.

-‘Vivo sólo para adquirir poder. No me interesa hacer nada con él’.

En cuanto al apartado gráfico, existe una clara división en el estilo de Eddie Campbell entre la primera y la segunda mitad de este cómic, motivada por la participación del artista Ed Hillyer como entintador de los lápices de Campbell en su segunda parte. Hillyer otorga a los dibujos de Campbell un acabado suelto, despreocupado, decididamente ‘underground’, pero eso curiosamente beneficia la narración de Campbell, que se ve potenciada en comparación con los dibujos realizados en integridad por él mismo en la primera parte, que adolecen de cierto estatismo. Paradójicamente, cuanto más underground resulta el dibujo de esta obra, mejor queda el resultado final.

En definitiva, Baco es una obra estupenda que deja con ganas de más, lo cual es lo mejor que puede decirse de cualquier tipo de obra. Estoy deseando poder leer la continuación de este tomo. La edición de Astiberri está realizada dentro de los magníficos parámetros de calidad/precio a los que nos tiene acostumbrados esta editorial, que no deja de arriesgarse con la publicación de productos minoritarios como estos. Este Baco, unido a la próxima publicación del ‘Grandville’ de Bryan Talbot, hacen que las novedades de esta editorial sean las que espero con más ansia de este primer semestre editorial.

Mis felicitaciones por ello.

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